miércoles, 16 de mayo de 2012

QUIENES SON LOS CULPABLES DEL ATENTADO DE AYER?



CASUALIDADES DEL TERRORISMO
¿Caeremos en la trampa?

Luego de sucedido el acto terrorista de ayer, comienzan toda clase de especulaciones sobre la autoría del mismo, surgen  hipótesis que apuntan desde a las FARC hasta a los paramilitares extraditados, pasando por la “mano negra” al servicio de la ultraderecha.
El mismo presidente Juan Manuel Santos debió salir a desmentir las afirmaciones ligeras y sin nigún tipo de pruebas sobre la supuesta confirmación de que los responsables de semejante acto hubiesen sido los grupos guerrilleros. 
Algunos insisten en la similitud en cuanto al “modus operandi” (Grado de sofisticación e innovación al usar este tipo de bombas LAPA) y la extremada planeación y exactitud, entre este atentado y el del asesinato del estadista conservador ALVARO GÓMEZ HURTADO, de quien aún después de tantos años, seguimos sin saber quién lo perpetró. (Todo apunta a organismos de seguridad del estado en asocio con algunos miembros del ejército, los mismos a quienes posteriormente se acusó de haber planeado falsos atentados contra el entonces presidente Uribe para aumentar su popularidad cuando aspiraba a su segunda reelección).
Sin embargo, las distintas situaciones mediáticas por las que atraviesa el país hacen suponer la existencia de “fuerzas oscuras” que quieren impedir a toda costa que al gobierno Santos le sigan saliendo como hasta ahora, las cosas bien.
No es casual que el presidente Santos tuviera planeado asistir ayer mismo a Cartagena a participar en un acto donde haría expresa alusión a la entrada en vigor del tratado de libre comercio desde hoy con los estados unidos, aprobado durante su gestión presidencial, gracias al correcto manejo diplomático realizado por su gobierno.
No es casual que el atentado se hubiese dirigido a un hombre clave del Uribismo, defensor acérrimo de la política de seguridad democrática, uno de los pilares de la pasada era política guerrerista del dos veces presidente Álvaro Uribe Vélez.

No es casual que el ex mandatario haya “aprovechado” aquellos medios de comunicación, que le siguen el juego y aún lo añoran, para lanzar toda clase de acusaciones contra el gobierno del presidente Santos, pretendiendo  extender un manto de “inseguridad” nacional, producto de la supuesta mano blanda y de las concesiones que este gobierno le ha dado al tema del manejo del orden público urbano y la insurgencia. Esto no es más que un acto de mezquindad, oportunismo rastrero y afán protagónico personal, no hay vergüenza ni dolor de patria y mucho menos respeto por las víctimas de semejante atentado, repudiable y reprochable.

No es casual que a Uribe no le gusten las supuestas “ventajas” que se estipulan en el proyecto de ley marco para la paz, frente a la guerrilla, (Que afortunadamente pasó su sexto debate anoche en la cámara, sin permitirse el aculillamiento pretendido por la bomba de ayer) , bastante similares a las que durante su gobierno impulsó para favorecer al paramilitarismo, con la tan desprestigiada y fracasada “Ley de justicia y paz”, que no ha permitido conocer la verdad sobre las relaciones intrincadas entre políticos, industriales, ganaderos, y muchos otros personajes de la vida nacional como promotores de la guerra y el desplazamiento, en contubernio con los eufemísticamente denominados “grupos de autodefensa” o AUC; de allí que no quede claro el porqué en lugar de condenar abiertamente semejante acto terrorista, mas bien aproveche para magnificar este acto terrorista, cuando dice: “Bogotá bañada en sangre y el gobierno impulsa acuerdos en el congreso”, si bien es cierto que acababa de ocurrir este lamentable hecho, no es posible que se utilice el dolor y el terror que esto genera, para hacer de ello, un manejo oportunista,  populista, amarillista (Sensacionalista) y altamente exagerado para lanzar cargas de profundidad contra el manejo de la seguridad por parte del gobierno distrital  y nacional, como si él fuera el único personaje en Colombia capaz de detener el terrorismo.
Recordemos como mediante la reinserción, miles de paramilitares, entrenados para asesinar, y delinquir, pasaron del campo a las ciudades capitales, sin ningún control por parte del estado, incluso miles de ellos (Si no todos) se hayan en un limbo jurídico sin que se pueda aún saber que pasará con su situación legal,   aumentando la oleada de inseguridad de la que tanto se lamenta ahora el autor de la ley de justicia y paz, otrora pacificador del campo, quien además trata de crear la ilusión de que las mal llamadas bacrim, no son las mismas estructuras criminales preexistentes, sino nuevas bandas que nacieron apenas con el inicio de la era Santos.  

A todas estas, seguiremos asistiendo como de costumbre a la banalidad mediática de trinos y lamentos de un expresidente que vive obsesionado con el poder, o será que este pueblo será capaz de levantarse de su estúpido lamento, de  su amnesia y de esa  pasividad temblorosa para decirle al mundo en un sola voz, que nos mamamos de la guerra como único instrumento para perpetuar la existencia de los colombianos o nos devolvemos a deambular por el espinoso y costosísimo camino del todo vale aún si de la barbarie se haga uso nuevamente, per secula seculorum.
Douglas Montañez Yaspe.
   

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